Sobreviviendo a mi primer lunes cómo residente en la capital

La experiencia de mi primer lunes como residente en Madrid, aunque intensa, ha sido menos problemática de lo esperado. El primer cambio de ritmo a mis hábitos ha sido la hora en la que ha sonado el despertador, había cita para desayunar en Castellana 210 (un bar que ya había visitado en cierta ocasión por el cumpleaños de una amiga que celebró en aquel bar con unas cervezas entre sus compañer@s de trabajo), tráfico denso en Castellana para llegar pero me esperaba haber pillado algún mega atasco, por suerte no ha sido así en ningún momento del día. A media mañana reuniones en Cardenal Herrera Horia para establecer la línea a seguir y futura estrategia a corto y medio plazo, con debate incluido del por qué es tan desnivelado el % de mujeres que utilizan las redes sociales profesionales online, sólo un 25% de mujeres frente a un 75% de hombres son los usuarios de este tipo de redes. Si os interesa por los comentarios que podáis dejar en este post, puedo daros las claves de dicho debate. De ahí, visita a un gran cliente donde debía dar explicaciones que fueron aceptadas, hablando se entiende la gente y la sangre no tiene por qué llegar al rio. Se comprendió mi razonamiento y se pudo reparar cualquier estropicio con una comida donde nos pusimos al corriente de todos los proyectos mutuamente a día de hoy. Para después visitar las oficinas de DAD y ser recibido por el gran mentor de emprendedores, Rodolfo Carpintier, de casi improvisto me hicieron foto cómo efecto colateral de la visita a las oficinas. A los buenos socios, lo suyo es presentarle debidamente los respetos en persona nada más llegar a la ciudad. Día intenso, pero aquí no acaba la cosa, una vuelta a casa (Zona Atocha) para un baño y acicalarme debidamente, que en unos minutos toca cena con una pareja amiga que espero que tras esta noche sean ya nuevos socios pues me interesa sobremanera entrar en su empresa, su proyecto puede llegar muy lejos.