El problema de ser famoso o la historia de "un acuerdo para follar"
Hace una semana el presidente del Gobierno hacia reir en toda España. Un error de pronunciación lo colocaba en una situación complicada, que sin embargo él supo disimular a la perfección. Que los medios de comunicación estuviesen grabando la intervención no ayudó a dejar lugar a la duda. El resto es de sobra conocido, durante días no se ha hablado de otra cosa en los medios y en la calle.
Los considerados personajes públicos no pueden permitirse el lujo de cometer errores.o de contar con un acento fuerte. Porque aunque se diga que "errar es de humano", si sales en los medios ya puedes cuidarte de no dar de que hablar. Si nos paramos a recopilar situaciones en las que se han visto comprometidos personajes públicos, vienen unas cuantas a la cabeza. No voy a recordarlas porque ya se han encargado los medios de no hacérnosla olvidar. Yo también caigo en la sonrisa cuando veo algunas de las situaciones comprometidas en que se ven envueltos, aunque no de todas. A fin de cuentas fuera quien fuera el protagonista nos divertiría seguramente, pero si además le ocurre al presidente del Gobierno y el error está relacionado con el sexo, pues posee valor añadido.
Espero que ellos mismos hayan aprendido a reírse de sí mismo, una práctica muy útil para ganar en seguridad. A fin de cuentas, ¿quién no se ha equivocado alguna vez? No veo nada de malo en soltar unas risas ante ciertas situaciones comprometidas, aunque dejo de entender el ir más allá y acabar "haciendo leña del árbol caído". Si hay algo poco didáctico, es reírnos de los demás por el simple gusto de avergonzar. Las meteduras de pata ajenas nos pueden servir para aprender, y no sólo para morirnos de la risa.
Más en la red:
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