Siempre tenemos algo que celebrar
Siempre es buen momento para celebrar algo. Vivimos en constante tensión por nuestras labores del día a día, por lo que cualquier situación que nos permita desconectar debe ser bien recibida. A veces, el estrés que nos genera nuestra vida diaria nos impide ver más allá de los problemas, dejándonos fuera de juego y envolviéndonos en un halo de negatividad que parece difícil de superar y que nos ciega a todos.
No lo voy a negar: a lo largo de mi vida como empresario he vivido momentos tensos, instantes que me gustaría haber superado de otra manera. Pero una vez pasados, me quedo con todo el aprendizaje que me han brindado y que me ha servido para crecer como emprendedor y como persona. Cuando encaras la vida con esta perspectiva, comienzas a celebrar haber pasado por todos esos sacrificios.
Una vez que asumes que la vida es un aprendizaje, lo mejor que puedes hacer es celebrar todos y cada uno de tus logros, los que consigan los demás, compartir los buenos momentos y no olvidarlos. Este aprendizaje se tarda en alcanzar años, no llega de golpe (se necesitan varios tropezones para darte cuenta), pero se termina aprendiendo. Y en el proceso nace una persona renovada que valora las cosas mucho más que antes.
Como emprendedor, uno de los consejos que más suelo compartir es el de reinventarse a sí mismo continuamente, muy habitual en la famosa filosofía de trabajo de mejora continua "Lean StartUp". Es la clave fundamental para crecer cuando apuestas por tus propios proyectos. Solo se puede mejorar cuando se intenta evolucionar dialogando con los usuarios, e intentarlo es la base de todo éxito. De los cambios nacen los mejores proyectos.
Una buena muestra de esta transformación es la campaña “Celebremos lo que somos”. La marca española de whisky cree en la filosofía que nos pone sobre la mesa que siempre tenemos algo que celebrar y apuesta por ella con una imagen renovada para potenciar su gama de whiskies.
La nueva campaña de DYC tiene, además, una bonita particularidad, y es su logo renovado. Se ha acentuado la presencia de la "Y", que ahora representa un gesto tan alegre y optimista como una persona con los brazos alzados al aire. Celebración pura desde el primer instante. Una forma muy original de transmitir el mensaje.
Tras su historia cien por cien española se encuentra la figura de emprendedor en estado puro de la mano de su fundador Nicomedes García.
Nicomedes, nacido de Segovia, comenzó a trabajar a los 18 años en la destilería de su padre. Pasado un tiempo, detectó que el mercado le estaba brindando oportunidades y decidió arriesgar para aprovecharlas: viaja hasta Escocia para estudiar los procesos usados en las destilerías tradicionales y los importó a España con éxito sacando partido del clima de su tierra natal, bastante parecido al escocés.
El fundador de DYC también supo crear necesidad mediante la fundación de una agencia de publicidad en 1942 para promocionar sus productos. Y lo consiguió: a los tres años tuvo que ampliar el tamaño de su fábrica por el crecimiento de la demanda. Todos estos logros llevan ahora a la marca a renovar su imagen y su estilo para seguir creciendo apostando por una filosofía de tener siempre algo que celebrar con su variedad de Whiskies.