Emilio Márquez

el hombre y los animales

Animales de asfalto

11 Octubre 2008 , Escrito por Emienemiblog Etiquetado en #...sus aficiones, #animales de ciudad, #ciudad y animales, #el hombre y los animales, #Está pasando, #fauna, #fauna urbana, #mundo animal

El hombre siempre ha compartido su vida con los animales. Estos nos acompañan en lo bueno y en lo malo, en el campo y la ciudad. A los ya queridos y necesarios animales domésticos, que comparten amablemente nuestro espacio vital, se les unen esos otros animales que hacen de la ciudad un lugar un poco menos artificial.

Es de agradecer poder escuchar por detrás del rumor siempre constante de motores y claxón, el canto de los pajarillos tempraneros. Bien es cierto que encontrar una mariposa en la ciudad se transforma casi en un acontecimiento mágico. Mucho más común es encontrar polillas y mosquitos y otros no tan bien considerados.

Son las ratas, los murciélagos y las cucarachas los más comunes dentro de la ciudad, para suplicio de much@s. Son animales resistentes que saben sacar partido a los desechos humanos, y ya sabemos que de estos somos grandes fabricantes. La paloma símbolo de la paz sin embargo ha perdido prestigio desde el momento en que ha ocupado los cascos históricos. Se han creado verdaderas campañas para liquidarlas de las zonas monumentales, pero ellas practican la resistencia no-violenta, como buenas embajadoras de la paz, y siguen residiendo en las zonas más caras de la ciudad.

La golondrina, inspiración de grandes poetas, es una de las especies más comunes en el territorio urbano. Estas aves migratorias encuentran en las ciudades un lugar perfecta para reproducirse y alimentarse, mientras a los ciudadanos nos libera del gasto en pastillas antimosquitos. La cigüeña, también se ha modernizado con los tiempos, y los campanarios de las iglesias han sido sustituidos por torres de alta tensión.

Los animales han optado por renovarse, creándose comunidades con características muy particulares. Unos cantan al son de los semáforos para invidentes, otros no distinguen entre el día y la noche por el exceso de luz artificial y cantan a las cuatro de la mañana. Los hay que comen de tu plato si te descuidas y otros , como los gorriones, que no saben vivir sin ti.

Más información:
Leer más