Emilio Márquez

El Sirviente de Harold Pinter

28 Diciembre 2008 , Escrito por Emienemiblog Etiquetado en #...sus aficiones, #El Sirviente, #Está pasando, #fallece Harold Pinter, #Harold pinter, #Josep Losey, #literatura, #muere Harold Pinter, #Septimo Arte, #teatro

Esta semana ha muerto uno de los dramaturgos británicos más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Harold Pinter recibió en 2005 el Premio Nobel de Literatura, en reconocimiento a una brillante y comprometida trayectoría artística. Nació en 1930 en el seno de una familia judía, y durante la II Guerra Mundial sufrío la traumática separación de sus padres, que alimentaría su imaginación y le otorgaría esa particular mirada teatral.

Tras formarse durante un solo año en la Royal Academic of Dramatic Art de Londrés, comenzó a escribir, siendo "The Room" escrita en 1957, su primera obra en la que estaban presente un escenario común en muchas de sus obras. Una serie de personajes encerrados en una habitación. Sus obras posteriores lograron convencer a la crítica con un estilo marcado por los silencios en un ámbiente de amenaza, que fue denominado pinteresco.

Pinter fue una persona que participó activamente en la vida política. Desde 1970 sus obras se encuentran impregandas de un fuerte activismo político, y no ha dudado en criticar abiertamente a Ronal Reagan, Margaret Thatcher, Tony Blair o George W. Bush. Con una postura claramente de izquierdas, siempre luchó en la defensa de los derechos humanos, publicando en los periódicos The Independent y The Guardian sus escritos.

Harold Pinter a lo largo de su vida ha sido un artista polifacético. Ha escrito guiones para radio y  televisión, destacando en su papel de guianista junto a Josep Losey.  De esta simbiosis nacieron obras cinematográficas que han entrado en la historia del séptimo arte. Quiero destacar una película que tuve ocasión de ver en la que ambos plasmaron su talento, Pinter como escritor del guión y Losey como director. El Sirviente (1963), es una historia claustrofóbica y tensa, donde los protagonistas realizan unas interpretaciones maestras.

Tony es un burgués de clase alta, que representa la inseguridad en todos los ámbitos de la vida. Al contratar a un mayordomo, Barret, comenzará una relación entre ambos en la que el sirviente pasará a ser el servido.  Estos personajes con una gran carga psicológica, se encontraran presos en situaciones donde el poder, la sumisión, la homosexualidad y la diferencia de clase seran protagonistas. En torno a ambos personajes se crea una atmósfera dentro de la mansión maquiavélica, acentuada por los contrastes de luces y sombres.

Aunque hace ya algunos años que la ví, habiendo olvidado algunos detalles. Aún recuerdo la calidad de un cine respaldado por dos personas inteligentes, Pinter y Losey. Es la clásica película cargada de detalles y matices que merece la pena ver más de una vez. Y con esta reseña homenajeo al Nobel, Harold Pinter, a quien tuve ocasión de conocer gracias a un entendido en cine que me recomendó esta película.

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