Del homo sapiens al homo connectus
El ciudadano 2.0, ese ser que conoce perfectamente los entresijos de Internet y la sociedad de la información, que día tras día crea, comparte y consume ocio digital, consultando páginas web y trasladando esa sabiduría digital a sus conocidos influyendo en las decisiones de compra propias y ajenas con sus opiniones sobre productos y servicios. La red es el nuevo pozo documental de los consumidores donde verter sus libres opiniones ante las decisiones de compra.
La agencia Grey y la división alemana de Google han acuñado un término que se ajusta perfectamente a la definición de este humano hiperconectado. Lo denominan "homo connectus", en relación al "homo sapiens", porque hemos pasado de estar atentos al conocimiento y crecer con él y a través de él, a permanecer conectados cada día a las redes telemáticas.
Obviamente, esta decisión de utilizar este término "homo connectus", puede que no esté avalada por los expertos en evolución humana, pero es cuanto menos significativo que desde algunos frentes ya se comience a considerar al hombre hiperconectado como una nueva variable en la escalera del progreso, escalera que se ha desarrollado durante miles de años y que está ante un nuevo peldaño.
Puede sonar a ciencia-ficción, pero el ordenador, los diferentes tipos de dispositivos móviles, los iPhone, iPads, etc, se han transformado en una herramienta indispensable en el día a día de quienes estamos en contacto con la red. Y no solo de los apasionados por la tecnología: la expansión de Internet de alta velocidad es una demanda de gran parte de los ciudadanos digitales.
Los ciudadanos digitales, hacemos uso pleno de Internet como soporte para documentarnos ante nuestras compras. Estamos dando los pasos previos hacia ese "homo connectus" que comentan. Efectivamente pienso que todavía necesitamos dar muchos pasos para llegar a la plenitud del término.
Por ejemplo, no podemos hablar de "homo connectus" cuando una buena porción del uso de Internet se queda en lo que conocemos como primer mundo, y en la periferia no solo no tienen acceso en casa, sino que ni siquiera existen centros para conectarse a la red. Tampoco podemos hablar de "homo connectus" cuando Internet de alta velocidad es un lejano sueño en los medios rurales y así podríamos seguir con la limitación de las tarifas de movilidad, etc. Hay poca inversión por parte de las empresas de telecomunicaciones y estas a su vez tienen ganas de atacar a la neutralidad de la red.
No soy quien para hablar de estadios en la evolución humana, pero creo que todavía faltan pasos para conseguir la plena conectividad que debería definir el "homo connectus", porque un cambio como tal no solo se produce por el mero hecho de documentar nuestras decisiones en lo que leemos en la red, sino también en integrar el entorno digital en nuestro día a día del hogar (domótica), etc. Ése será el verdadero "homo connectus".