motivacion
Hagamos más llevadera la vuelta al trabajo tras vacaciones
Hagamos más llevadera la vuelta al trabajo tras vacaciones
Hagamos más llevadera la vuelta al trabajo tras vacaciones.
Primero, volvamos a casa tras el viaje con 1 o mejor 2 días de antelación, para comprar comida, lavar la ropa y hacernos con el control del hogar, eliminando el estress de llegar con poco tiempo entre las vacaciones y el volver al trabajo.
En cuanto al ritmo del trabajo, mejor dosificarlo para despejar las tareas pendientes en 1 semana y no en el primer día únicamente. Podemos resolver todo lo pendiente a un ritmo eficaz pero no estresante.
Aprovechemos para mejorar nuestro entorno de trabajo y tengamos muy presente cuando y cómo disfrutaremos del momento de ocio, por ejemplo ese mismo fin de semana.
Que la vuelta al trabajo resulte lo menos estresante posible.
Vídeo Hagamos más llevadera la vuelta al trabajo tras vacaciones publicado en YouTube
Buenos hábitos de vida: No pongamos excusas
Buenos hábitos de vida: No pongamos excusas
Podemos no llegar a todo, podemos no realizar las tareas lo más óptimamente posible, pero al poner una excusa estamos mintiendo acerca de nuestra impuntualidad, acerca de la calidad de nuestro trabajo y no merece la pena mentir.
Es mucho más interesante valorar cuales son nuestros límites, plantearnos metas que podamos realmente alcanzar y conseguir y no plantearnos el poner todo el día excusas que nos van a dar muy pocas oportunidades en esta vida el ir poniendo excusas de forma continua.
Si planteamos cuales son nuestros límites, si planteamos objetivos que realmente podamos cumplir, tendremos más beneficios para nosotros y para nuestra vida profesional.
No pongamos excusas, nos van a pillar fácilmente y dediquémonos a plantearnos "qué si podemos alcanzar", qué horarios podemos cumplir, qué objetivos podemos alcanzar.
No pongamos excusas y pongámonos a la tarea.
Vídeo Buenos hábitos de vida: No pongamos excusas publicado en YouTube.
Motivación y objetivos a corto, medio y largo plazo
Motivación y objetivos a corto, medio y largo plazo
Los humanos para estar motivados necesitamos objetivos a corto, medio y largo plazo.
Necesitamos el incentivo que nos provoca el poder cumplir ese pequeño objetivo que nos marcamos del día, ese objetivo a corto plazo que lo podamos conseguir y decir "me mantengo motivado, continuo con muchas ganas de mañana seguir con el mismo ritmo, las mismas energías y la misma ilusión".
Si, los objetivos a largo plazo son los que marcan la diferencia, los que nos permiten conseguir un gran trabajo, el que nos hace conseguir ese gran objetivo que nos habíamos marcado.
Pero el humano, nosotros, necesitamos ese objetivo en el corto plazo que sea completamente cumplible, que sea factible.
Entonces, marquémonos objetivos en el mismo día, objetivos a la semana y objetivos al mes que nos vayan incentivando a continuar en base a cumplir objetivos.
Qué ocurre? Que en cuanto tenemos un objetivo a largo plazo importante pero que no parece que lleguemos nunca, por que no tenemos ese incentivo del corto, nos desanimamos, entonces es algo que veo mucho en emprendedores, que en el momento medio cuando llevan un año que están a punto de conseguir la rentabilidad y el break even, pero no llegan, ahí llega la desmotivación y empiezan a pensar en otros proyectos.
Entonces, objetivos en el corto que sean plausibles y que se puedan conseguir, que nos motiven a continuar a conseguir objetivos de medio plazo que nos lleven a conseguir objetivos de largo plazo.
Vídeo publicado en: https://www.youtube.com/watch?v=USSNN6EW0f4
Motivación no es tener ganas, es tener motivos
Motivación no es tener ganas por hacer las cosas, motivación es tener buenos motivos por hacer las cosas.
En realidad nadie tiene muchas ganas de trabajar ni de superar retos difíciles, todos procrastinamos y preferiremos estar descansando o disfrutando de los ratos de ocio.
Sólo con ganas y buenas palabras en un determinado momento no superaremos objetivos, en cambio si que podemos encontrar muy buenas razones para hacer las cosas, que es la motivación útil.
Las cualidades del anti-jefe
Se ha escrito largo y tendido sobre lo que debe hacer un jefe con sus empleados para potenciar el rendimiento del equipo humano y conseguir grandes resultados en una empresa o proyecto. Los expertos piden proactividad, seguridad, organización, etc. y un sinfín de factores que, en esencia, son las teóricas bases del éxito profesional.
Pero me sorprende que rara vez el mundo de los recursos humanos se trate el tema opuesto, es decir, lo que no debe hacer un jefe para tratar a sus empleados. La realidad difiere enormemente cuando hablamos de los gazapos comunes en la gestión de grupos profesionales y obviamos la manera de corregirlos.
La primera cualidad del anti-jefe es no saber escuchar. Y no solo no saber atender las palabras de los trabajadores, sino escuchar más allá de las conversaciones –leer entre líneas– para detectar problemas que afecten al ritmo de trabajo.
Dicen que no mantener las distancias también puede derivar en problemas laborales. Con esto no quiero decir que la relación responsable-empleado deba ser fría, sino que debemos saber marcar el paso y definir hasta dónde llega lo personal y hasta dónde lo profesional. Este binomio es fundamental.
Un error común es exigir a los empleados tanto por encima de sus posibilidades como de las nuestras. Serás un mal jefe cuando utilices un trabajador para solucionar problemas que son de tu menester y que ni tú mismo eres capaz de solventar.
Con esto no quiero decir que se deba evitar a toda cosa el hecho de exigir y de buscar la superación de cada empleado, sino que estos elementos se deben lograr en el clima de aprendizaje apropiado, en el entorno donde el responsable de equipo humano sea capaz de formar y educar a los trabajadores.
El exceso de responsabilidad también puede generar situaciones incómodas en el trabajo. Si eres el responsable y tienes los conocimientos para cubrir carencias de un trabajador, piénsalo antes y deja que éste aprenda y trate de corregir sus errores.
Hacer el trabajo de los demás, cuando estos pueden evolucionar en su aprendizaje para conseguir resultados, es menospreciar indirectamente y de manera involuntaria la labor de otros, por lo que se genera una situación desfavorable para el clima de trabajo.
Por último, otro error fundamental es ser jefe, aparentarlo y no hacer de jefe. Las crisis laborales más claras y comunes se generan cuando el responsable no cumple con sus obligaciones y esta actitud queda visible a los empleados. Aquí es cuando surgen las rencillas y los comentarios que más lastran el día a día.
Todo jefe puede tener un anti-jefe en su interior en algún momento de su vida. Para evitar que éste salga a la luz, lo mejor es concentrarnos en aquellas virtudes positivas y tratar de borrar del mapa aquellas que resulten negativas para el equipo humano.