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Mis errores como inversor: Compra venta de nombres de dominio
Mis errores como inversor: Compra venta de nombres de dominio.
Llegué tarde a la oportunidad de negocio que suponía comprar palabras de diccionario como nombres de dominio entonces disponible a un precio muy bajo
Pero vi como aportar valor añadido al mercado: Creando un proyecto sólido en base a esos nombres de dominio. Dotar de contenido de calidad, crear comunidad de usuarios y posicionar bien en buscadores.
Para todo empaquetadito en caja de regalo, vendérselo a grandes empresas que tenían que digitalizarse.
Gran idea, mala ejecución.
Las empresas que podían comprar esos proyectos eran muy pocas y los dominios había que apalancarlos sin poderse vender por falta de compradores cualificados durante varios años.
Y crear contenido de calidad, conseguir tráfico de usuarios y posicionar en buscadores no es nada barato.
Debería haberlo hecho mejor por que aquel negocio acabó en fracaso.
Vídeo "Mis errores como inversor: Compra venta de nombres de dominio" disponible en YouTube.
Soy emprendedor de https://lalatinavalley.es
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Mis errores como inversor: Compra venta de nombres de dominio
Respeto es no pedir gratis aquello con lo que los demás se ganan la vida
No pidamos gratis aquello con lo que los demás se ganan la vida: Reflexión basada en la conversación iniciada en:https://www.facebook.com/EmilioMarque...
Hay que mantenerle el respeto a los profesionales liberales y no pedirles gratis aquello por lo que se ganen la vida, ejemplos: No pedir un album fotográfico a un fotógrafo, ni que nos quiten los virus un informático, etc.
No valorar el tiempo de quien nos hace un trabajo, es injusto, pues ha necesitado formación para prepararse aparte de los recursos materiales que puedan utilizar en su trabajo.
Es más aquel profesional que regale su trabajo está devaluando el trabajo que puedan hacer otros compañeros de profesión. Creándose una competencia desleal.
En una economía del todo gratis la demanda siempre tiende a infinito, por muchos favores que hagamos gratis, siempre habrá quien no podamos atender y se pueden llegar a mosquear.
Una opción a contemplar es el trueque donde dos profesionales intercambien tiempo y trabajo a un valor justo para ambas partes.
Motivación no es tener ganas, es tener motivos
Motivación no es tener ganas por hacer las cosas, motivación es tener buenos motivos por hacer las cosas.
En realidad nadie tiene muchas ganas de trabajar ni de superar retos difíciles, todos procrastinamos y preferiremos estar descansando o disfrutando de los ratos de ocio.
Sólo con ganas y buenas palabras en un determinado momento no superaremos objetivos, en cambio si que podemos encontrar muy buenas razones para hacer las cosas, que es la motivación útil.
El triángulo de habilidades del emprendedor
¿Cuáles deben ser las cualidades del emprendedor? : En otros artículos publicados he tratado de definir el perfil del emprendedor, aunque siempre admitiendo que no existe una fórmula exacta para encuadrarlo. Ser emprendedor es una actitud, una manera de ver nuestra vida profesional, un camino a seguir, no una imposición. Siempre he defendido que cualquier persona puede trabajar en su proyecto sin necesitar una madera especial para llevarlo a cabo.
Pero si de algo estoy convencido, es de que los emprendedores deben tener una serie de puntos en común para llegar a buen puerto con sus ideas. Si estos tres conceptos no se promueven desde el minuto uno, el resultado del emprendimiento puede no ser el deseado por razones que resultan obvias. Da igual el sector profesional, el tipo de proyecto y la inversión: sin sinceridad, humildad y cercanía no vamos a ninguna parte.
Subidos al barco de emprender, es absolutamente necesario que seamos sinceros con nosotros mismos. Reconoce hasta dónde puedes llegar, márcate los límites de manera clara y sé capaz de reconocer cuáles son tus oportunidades reales de negocio. La sinceridad también implica saber reconocer en todo momento cuando hemos metido la pata, sobre todo para rectificar a tiempo.
La palabra fracaso tiene una tremenda cara negativa, es evidente, pero también ofrece una cara optimista. Aquí es donde entra en juego el segundo factor del emprendedor, la humildad, que nos permite aceptar las críticas y los consejos del vecino, que posiblemente sepa más de esto que nosotros. Encerrarnos en nuestra "realidad" termina viciando los proyectos y no es, en ninguno de los casos, la mejor manera de crecer como emprendedores.
También es fundamental la cercanía, la proximidad con los que nos rodean. Porque en un encuentro con posibles inversores de nuestro proyecto, transmitir esa cercanía, esa pasión por el proyecto, es de vital importancia para conseguir los fondos necesarios para crecer. Confiar en las posibilidades de uno mismo es requisito indispensable para atraer al capital externo, pero esta confianza se debe apoyar siempre en la humildad y en la sinceridad.
Resulta inevitable pensar en este trío de habilidades del emprendedor como un triángulo cuyos lados están conectados entre sí de manera cerrada. En el interior de cada arista es donde se desarrolla el proyecto. No salirse de estos tres factores puede ayudar a conseguir los resultados que buscamos como emprendedores. Sé que no es la fórmula definitiva, pero los años me han demostrado que puede ser útil. ¿Qué opináis?
Emprender en juventud
A partir de este dato se pueden extraer varias conclusiones de interés. En primer lugar, a pesar de la crisis, el número de emprendedores extranjeros cualificados con titulación universitaria no ha caído en exceso, aunque sí se ha visto reducido. Otro asunto es que el emprendedor extranjero está más dispuesto a asumir riesgos que el emprendedor patrio, puede que por contar con una mayor cultura por el emprendimiento.
Quizá esto pueda deberse a que el emprendedor no foráneo viene a España con la experiencia de haber emprendido sin éxito en su país de origen. No son precisamente pocos los casos de profesionales que han fundado startups en España tras apostar por ideas parecidas en su país de origen sin tener demasiado éxito.
La cultura del emprendedor español no pasa por su momento más brillante, sobre todo en lo que a startups vinculadas a profesionales con formación académica respecta. Que el número de emprendedores con contacto con la universidad esté por debajo del diez por ciento demuestra el escaso interés que existe por la fundación de empresas y la gestión de proyectos. Una lástima en un difícil momento cuando se necesita más que nunca la creación de empresas.
A menor número de emprendedores, independientemente de su origen, menor número de proyectos que puedan crear empleo. La inversión en Startups en España es prácticamente inexistente en comparación al alto número de proyectos que están naciendo, y los inversores extranjeros se lo piensan dos y tres veces antes de introducir dinero en proyectos nacionales que no hayan contado con al menos 2 rondas de inversión nacionales. Y eso que el capital extranjero fue el más destacable en la bolsa durante el 2011.
Por último, el hecho de que el porcentaje de emprendedores españoles con titulación universitaria sea tan extremadamente reducido refleja que la cultura del emprendedor no está expandida en el panorama académico, que sigue alejado del mundo de la empresa en el momento cuando más necesita generar profesionales capaces de enfrentarse a la guerra profesional.
Tenemos pocos emprendedores, los que se atreven encuentran oportunidades de negocio mínimas y, para colmo, no tienen el apoyo suficiente de quienes deben tender la mano en estos casos (instituciones). Muchas cosas tienen que cambiar.