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6 pasos para que tu CV destaque y consigas empleo:
6 pasos para que tu CV destaque y consigas empleo:
1.- Se colaborativo. No sólo tus logros, también los que has ayudado a conseguir (en equipo) -> Puedes ser el mejor, pero si has ayudado a crear algo grande acompañado, mejor que mejor.
2.- Tus logros en cifras y datos claros. No sólo has dirigido un departamento sino que has conseguido subir la facturación en X€ o mejorado la productividad un Y%. Los logros en cifras llaman la atención a contratarte.
3.- Se original, destaca compartiendo una soft skill o una afición que llame la atención -> "En mis ratos libres colaboro en el desarrollo del kernel de linux" .> Quedas contratado!!!
4.- Facilita que personas de prestigio hablen por ti -> Incluye enlaces a perfiles de profesionales reputados que en cualquier momento hablarán bien de tu trabajo a quién les pregunte.
5.- Se flexible constantemente. Ni una vez repitas CV ante un reclutador, siempre adapta tu CV a la empresa y puesto que vas a conseguir. Siempre personalizando.
6.- Por último y no menos importante -> Que te defina, que te sientas a gusto y lo puedas defender
¿Cómo hacéis vosotros para que vuestro CV destaque sobre los demás?
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Para ser el elegido, utiliza el networking
Seguramente suene a dejá vù, pero nunca me cansaré de repetirlo. Para conseguir que nuestro nombre suene en todos los procesos de selección que verdaderamente nos interesen, el mejor método es practicar el networking online y offline. Saber qué tipo de presencia y reputación temenos en Internet, qué se dice y decimos de nosotros y cómo estamos posicionados en nuestro sector profesional nos ayudará a encarar las decisiones con mayor posibilidad de triunfo. Ahora todo se resume a varios conceptos: nuestro nombre y apellidos, las redes sociales profesionales, los sitios de trabajo y lo que decimos en Internet.
Pongamos un ejemplo. Participamos en un proceso de selección de personal. Realizamos la suscripción por un portal como Infojobs, multitudinario hoy día por el elevado paro en España. Para un solo puesto se presentan 300 personas (por decir un número). De estas 300, digamos que solo 50 serán de interés potencial para la empresa. ¿Por qué? A bien seguro que un tercio de las solicitudes cumple con los requisitos establecidos pero no los ha sabido plasmar correctamente en su curriculum virtual. Primer paso: que nuestro currículum académico cuente con todos y cada uno de los datos necesarios.
Las webs de empleo permiten desde hace algunos años almacenar diferentes curriculum. ¿Para qué? Por todos es sabido que nuestra experiencia académica puede "alterarse" en función del puesto al que aspiramos. Por ejemplo, si no tenemos empleo y buscamos trabajo en diferentes sectores empresariales (uno general y otro específico) podríamos presentar dos currículos con el fin de adaptar cada uno a las exigencias de la oferta. No estoy hablando de mentir, sino de ajustar nuestra experiencia académica a lo que se pide. Por desgracia, la situación actual hace que sea necesario afinar nuestro fondo profesional a cada paso que damos...
Hecho esto nos encontramos en esos 50 profesionales que han pasado la primera criba. Todavía quedan más. Turno para la experiencia profesional. Es vital que ésta esté actualizada al máximo con todos los trabajos que hayamos desempeñado durante nuestra trayectoria. ¿Qué se debe indicar? Básico: nombre del puesto, empresa y persona de contacto para referencias, personal a cargo (si procede) y descripción. ¿Por qué? El tiempo de las entrevistas en sus primeras fases es limitado, por lo que cuantos más datos ofrezcamos a la empresa que nos va a contratar desde esta fase, mucho mejor.
Pasada esta segunda criba, pongamos que el número de pre-seleccionados es de 25. Ahora entrarán en juego factores determinantes que atañen a nuestra presencia en la red. Puede ser más o menos lícito o ético, sí, pero buscar en Internet el nombre de los futuros empleados se está convirtiendo en una costumbre. Quede clara una cosa: las sorpresas se pueden evitar, pues nosotros controlamos qué decimos en Internet. He hablado en múltiples ocasiones sobre el uso de Linkedin y los consejos que se deben aplicar para mejorar nuestro posicionamiento (completar currículo, perfil con URL nominal, recomendaciones, participar en grupos profesionales, etc.)
Si contamos con perfiles en otras redes sociales (nunca me cansaré de decirlo), ajusta la privacidad de modo que solo tus amigos puedan ver tus contenidos. También en Twitter. Si crees que tus perfiles sociales son un lícito palacete donde bromear con amigos y mostrar tu cara más social, la privacidad te evitará muchas sorpresas. Recuerda que aunque tu nombre sea "poco común", una búsqueda afilada por palabras claves exactas (nombre + correo + sector profesional; datos del currículo) puede dar resultados sorprendentes. Siendo optimistas, y conociendo el estado y el uso mayoritario de las redes sociales, de esta criba se quedarían dos decenas.
Efectivamente, el proceso de selección se tornará ahora al networking offline en una entrevista "en directo". Puede que todos los anteriores pasos los hayas cumplido de forma pulcra y que ahora tus escasas habilidades para el networking offline te acaban pasando factura. ¿Recomendaciones? Sé siempre franco y procura que tus comentarios dejen claro lo que se ha visto en Internet de ti. Si te consideras un experto en el sector profesional, hazlo saber con elegancia al entrevistador; no es de recibo parecer pedante por mucho que sepas. La humildad es una cualidad que nunca se debe perder en la vida, mucho menos durante una entrevista de trabajo.
Espero que esta batería de consejos sirvan a todos los que, por desgracia, buscan trabajo en estos tiempos actuales. La red ha aportado numerosas ventajas a la hora de encontrar empleo, pero también ha "masificado" los procesos de selección, por lo que conviene que nuestra identidad digital esté lo más pulida posible. Que no te engañen: tú eres en gran parte responsable de lo que se encuentra sobre ti en la red.
La red social que te hizo perder un trabajo
Para no perder tu puesto de trabajo por culpa de acciones en redes sociales, existen hasta tres consejos básicos. Uno, mantén tu privacidad en redes sociales al máximo. Dos, no subas aquello que te pueda comprometer. Tres, nunca aceptes a tu jefe. Cuando los dos primeros fallan y la tercera barrera desparece por cortesía (“buen rollo” en el trabajo), las medidas a emprender se amplían.
Estoy comenzando a acostumbrarme a la lectura de noticias tipo “Pierde su trabajo por criticar la empresa en Facebook” o “Despedido por publicar una foto en Twitter”. Lo cierto es que estas situaciones se están empezando a volver comunes porque el trabajador no tiene conocimientos plenos de la potencia y peligros de una red social.
¿Por qué se producen estos casos? Por un lado, porque una clara falta de formación en el uso de las redes sociales en la persona afectada. No se está educando en el buen uso de las redes sociales ni en las escuelas, ni en las universidades ni en el trabajo. La formación es nula. La primera experiencia que un usuario tiene con Facebook es por aprendizaje propio y muchas veces sin pensar en los posibles riesgos.
Esta falta de formación hace que pocos internautas sepan de verdad el potencial que tiene una publicación en una red social. Incluso personalidades de primer nivel, que se presuponen conocedoras del medio, cometen errores que levantan polémicas y dañan la imagen personal. Casos que llegan a ser Trending Topic en Twitter no faltan.
Un malentendido pueril como éste no supone nada más allá del chascarrillo, pero otras personalidades y anónimos se han visto afectados por publicaciones indebidas en Foursquare (“¿Qué hacías ahí a esa hora?”), en Twitter (“¿Por qué opinas esto?” y fotografías en Facebook.
Privacidad, privacidad y privacidad. Ésta es la única fórmula para evitar las nocivas consecuencias que tiene un perfil abierto al público de cara a posibles problemas profesionales. Controla quién ve lo que publicas y se acabó el problema. Marca tu perfil como privado, retíralo incluso de los buscadores. Cualquiera de estas dos medidas es posible.
Pero si lo que buscas es mantener tu identidad digital operativa a la vez que controlas tu privacidad, lo mejor que puedes hacer es regular la privacidad estableciendo grupos de contactos que pueden acceder a tus contenidos en función de tu cercanía y confianza. Subir álbumes y asócialos a contactos concretos es más que recomendable.
Sí, se trata de un proceso más o menos complejo, que requiere algo más de tiempo que una mera subida de una fotografía, pero a la larga compensa. Controlar la privacidad de las fotografías, de las publicaciones, de quién y quién no puede comentar, visionar el muro etc. es la solución más trabajosa pero a la par más efectiva para evitar problemas.
Mantener nuestra identidad digital cuidada y solo al alcance de quienes queremos es fundamental para evitar consecuencias no deseadas. Las redes sociales pueden ser herramientas útiles para que los responsables de Recursos Humanos no contraten a un candidato.
Buscar un nombre en Google es algo cotidiano para muchos directores de recursos humanos, es asegurarse en su trabajo. Adentrarse en demasía en un perfil es otra cuestión bien distinta. Y basta entrar en el conocido buscador para localizar de un vistazo el perfil de un candidato en Facebook, Twitter, Linkedin, Foursquare, etc. Cuida tu casa digital como lo harías con la real.
La mujer y el mercado laboral
La crisis parece estar modificando la distribución por sexo de los empleos disponibles llegando a equilibrar la equidad en el mercado laboral. Los puestos de trabajo ocupados por mujeres parecen estar resistiéndose a la crisis y están sufriendo en menor medida el desempleo. Al contrario aquellos puestos ocupados mayoritariamente por hombres como el sector de la construcción han sufrido los estragos del desempleo. De manera que en 2008 se ha observado como la tasa de parados ascendía en el caso masculino un 0.8% y se reducía entre las mujeres un 0.86%.
Nuestro país se sitúa en una posición destacada y en los últimos diez años, de 1997 a 2007 a subido hasta 20 puntos porcentuales. Esta carrera se lidera de manera progresiva pero constante, de forma que a cada año son mejores los resultados aunque por el momento no lo suficiente. Para estos casos es bueno fijar la vista en otros ejemplos con mejores posiciones.
Este es el caso de EEUU un buen espejo en el que los países de la UE pueden mirarse. En Norteamérica más de la mitad de los trabajadores son mujeres gracias a la fomento y el constante esfuerzo que se ha realizado a este respecto. Sin embargo a pesar de haber logrado la entrada masiva en el mercado aún tienen algunas barreras que superar. Los salarios siguen siendo el gran caballo de batalla de las mujeres estadounidenses.
Los puestos de dirección son otro de los retos a los que se enfrentan las mujeres, teniendo que cumplir con mayores requisitos que los hombres en su mismo situación y competencia profesional. Los cambios sociales son fruto del esfuerzo y el interés de toda la sociedad, aún queda bastante camino que recorrer.
Más en la red.
- http://quimosavic.wordpress.com Proyecto I+C (Igualdad + Conciliación).
- www.empresuchas.com El Ministerio de Igualdad elimina o reduce programas de incorporación laboral de la mujer.
Diferencias entre coach y psicólogo
Coach y psicólogo son dos tipos de profesionales cualificados que nos ayudan a encontrarnos a nosotros mismos pero una de las primeras diferencias que encontramos al estudiar ambos conceptos es su distinta consideración. Mientras la psicología es una ciencia que estudia la conducta de los individuos y sus procesos mentales, el coaching es un método que busca el entrenamiento de un grupo de individuos para lograr un fin específico relacionado con las habilidades personales. Partiendo de estas dos definiciones no es difícil delimitar las diferencias entre ambos términos.
Me planteo esta curiosidad tras conocer el mundo del coach de cerca y practicamente enamorarme de esta profesión en un congreso de la temática Coach a la que tuve el placer de asistir de ponente en el pasado Julio 2009 en Madrid (para evangelizar a los profesionales allí congregados de las bondades de contar con una identidad digital, aplicándolo a su profesión).
[caption id="attachment_13366" align="alignleft" width="100" caption="Imagen de la wikipedia"][/caption]
Podemos empezar por reflejar el punto común que comparten ambas; que el sujeto protagonista es el individuo. Ambas tratan de estudiar aspectos relacionados con el comportamiento humano aunque con fines distintos. Mientras el coaching es un entrenamiento de ciertas habilidades personales, la psicología estudia el funcionamiento de la mente y trata de ampliar el conocimiento que del hombre se tiene en su dimensión mental.
El coaching adquiere una dimensión más práctica que teórica, proponiendo un proceso que busca desarrollar habilidades de planificación, negociación, resolución de conflictos. La psicología complementa al coaching gracias a los estudios que se han realizado en torno a la inteligencia emocional y la capacidad de mejorar nuestras relaciones personales y profesionales.
Para los empresarios y emprendedores es esencial en ocasiones contar con un coach que nos asesore y oriente cuando nuestro ánimo y el de las personas que forman nuestro equipo parece decaer. En momentos en los que la saturación parece ser una epidemia que acaba por afectar a tod@s, es interesante reflexionar sobre esa sensación y contar con la ayuda de un profesional que ataque el problema desde la raíz. Los individuos somos seres complejos, dotados de una razón que en ocasiones nos juega malas pasadas. La ayuda de psicólogos y entrenadores de coaching es fundamental.
Más en la red:
- http://mertxepasamontes.wordpress.com Coaching con Sócrates.
- http://vanesasg.wordpress.com Coaching Corporal.
- http://rhiaca.org Aprender a emprender coaching.