Emilio Márquez

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3 pautas al comenzar en un nuevo trabajo

28 Abril 2019 , Escrito por Emilio Marquez Espino Etiquetado en #recursos humanos, #trabajo, #consejos

Comenzar en un nuevo puesto de trabajo es un punto de inflexión en nuestra carrera profesional, para encararlo positivamente os aconsejo las siguientes 3 pautas:
Preparemos con mimo una reunión con nuestros jefes o encargados para conocer qué se espera de nosotros, qué tenemos que aprender, cuales son las prioridades a resolver
Segundo, hagamos un esfuerzo extra en formación para potenciar las habilidades concretas que sean necesarias en nuestro nuevo puesto.
Tercero, no olvidemos de socializar, no dejemos de acudir a la cafetería y almorcemos con nuestros compañeros para conocer cuales son las dinámicas de grupo en la empresa.

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Para ser el elegido, utiliza el networking

5 Septiembre 2012 , Escrito por Emilio Marquez Espino Etiquetado en #cv, #curriculum, #vitae, #buscar, #trabajo, #empleo, #redes sociales, #linkedin, #laboral, #rrhh

Seguramente suene a dejá vù, pero nunca me cansaré de repetirlo. Para conseguir que nuestro nombre suene en todos los procesos de selección que verdaderamente nos interesen, el mejor método es practicar el networking online y offline. Saber qué tipo de presencia y reputación temenos en Internet, qué se dice y decimos de nosotros y cómo estamos posicionados en nuestro sector profesional nos ayudará a encarar las decisiones con mayor posibilidad de triunfo. Ahora todo se resume a varios conceptos: nuestro nombre y apellidos, las redes sociales profesionales, los sitios de trabajo y lo que decimos en Internet.

Pongamos un ejemplo. Participamos en un proceso de selección de personal. Realizamos la suscripción por un portal como Infojobs, multitudinario hoy día por el elevado paro en España. Para un solo puesto se presentan 300 personas (por decir un número). De estas 300, digamos que solo 50 serán de interés potencial para la empresa. ¿Por qué? A bien seguro que un tercio de las solicitudes cumple con los requisitos establecidos pero no los ha sabido plasmar correctamente en su curriculum virtual. Primer paso: que nuestro currículum académico cuente con todos y cada uno de los datos necesarios.

Las webs de empleo permiten desde hace algunos años almacenar diferentes curriculum. ¿Para qué? Por todos es sabido que nuestra experiencia académica puede "alterarse" en función del puesto al que aspiramos. Por ejemplo, si no tenemos empleo y buscamos trabajo en diferentes sectores empresariales (uno general y otro específico) podríamos presentar dos currículos con el fin de adaptar cada uno a las exigencias de la oferta. No estoy hablando de mentir, sino de ajustar nuestra experiencia académica a lo que se pide. Por desgracia, la situación actual hace que sea necesario afinar nuestro fondo profesional a cada paso que damos...

Hecho esto nos encontramos en esos 50 profesionales que han pasado la primera criba. Todavía quedan más. Turno para la experiencia profesional. Es vital que ésta esté actualizada al máximo con todos los trabajos que hayamos desempeñado durante nuestra trayectoria. ¿Qué se debe indicar? Básico: nombre del puesto, empresa y persona de contacto para referencias, personal a cargo (si procede) y descripción. ¿Por qué? El tiempo de las entrevistas en sus primeras fases es limitado, por lo que cuantos más datos ofrezcamos a la empresa que nos va a contratar desde esta fase, mucho mejor.

Pasada esta segunda criba, pongamos que el número de pre-seleccionados es de 25. Ahora entrarán en juego factores determinantes que atañen a nuestra presencia en la red. Puede ser más o menos lícito o ético, sí, pero buscar en Internet el nombre de los futuros empleados se está convirtiendo en una costumbre. Quede clara una cosa: las sorpresas se pueden evitar, pues nosotros controlamos qué decimos en Internet. He hablado en múltiples ocasiones sobre el uso de Linkedin y los consejos que se deben aplicar para mejorar nuestro posicionamiento (completar currículo, perfil con URL nominal, recomendaciones, participar en grupos profesionales, etc.)

Si contamos con perfiles en otras redes sociales (nunca me cansaré de decirlo), ajusta la privacidad de modo que solo tus amigos puedan ver tus contenidos. También en Twitter. Si crees que tus perfiles sociales son un lícito palacete donde bromear con amigos y mostrar tu cara más social, la privacidad te evitará muchas sorpresas. Recuerda que aunque tu nombre sea "poco común", una búsqueda afilada por palabras claves exactas (nombre + correo + sector profesional; datos del currículo) puede dar resultados sorprendentes. Siendo optimistas, y conociendo el estado y el uso mayoritario de las redes sociales, de esta criba se quedarían dos decenas.

Efectivamente, el proceso de selección se tornará ahora al networking offline en una entrevista "en directo". Puede que todos los anteriores pasos los hayas cumplido de forma pulcra y que ahora tus escasas habilidades para el networking offline te acaban pasando factura. ¿Recomendaciones? Sé siempre franco y procura que tus comentarios dejen claro lo que se ha visto en Internet de ti. Si te consideras un experto en el sector profesional, hazlo saber con elegancia al entrevistador; no es de recibo parecer pedante por mucho que sepas. La humildad es una cualidad que nunca se debe perder en la vida, mucho menos durante una entrevista de trabajo.

Espero que esta batería de consejos sirvan a todos los que, por desgracia, buscan trabajo en estos tiempos actuales. La red ha aportado numerosas ventajas a la hora de encontrar empleo, pero también ha "masificado" los procesos de selección, por lo que conviene que nuestra identidad digital esté lo más pulida posible. Que no te engañen: tú eres en gran parte responsable de lo que se encuentra sobre ti en la red.

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La red social que te hizo perder un trabajo

16 Julio 2012 , Escrito por Emilio Marquez Espino Etiquetado en #trabajo, #rrhh, #redes, #sociales, #selección, #laboral, #recursos, #humanos, #empleo, #privacidad

Para no perder tu puesto de trabajo por culpa de acciones en redes sociales, existen hasta tres consejos básicos. Uno, mantén tu privacidad en redes sociales al máximo. Dos, no subas aquello que te pueda comprometer. Tres, nunca aceptes a tu jefe. Cuando los dos primeros fallan y la tercera barrera desparece por cortesía (“buen rollo” en el trabajo), las medidas a emprender se amplían.

Estoy comenzando a acostumbrarme a la lectura de noticias tipo “Pierde su trabajo por criticar la empresa en Facebook” o “Despedido por publicar una foto en Twitter”. Lo cierto es que estas situaciones se están empezando a volver comunes porque el trabajador no tiene conocimientos plenos de la potencia y peligros de una red social.

¿Por qué se producen estos casos? Por un lado, porque una clara falta de formación en el uso de las redes sociales en la persona afectada. No se está educando en el buen uso de las redes sociales ni en las escuelas, ni en las universidades ni en el trabajo. La formación es nula. La primera experiencia que un usuario tiene con Facebook es por aprendizaje propio y muchas veces sin pensar en los posibles riesgos.

Esta falta de formación hace que pocos internautas sepan de verdad el potencial que tiene una publicación en una red social. Incluso personalidades de primer nivel, que se presuponen conocedoras del medio, cometen errores que levantan polémicas y dañan la imagen personal. Casos que llegan a ser Trending Topic en Twitter no faltan.

Un malentendido pueril como éste no supone nada más allá del chascarrillo, pero otras personalidades y anónimos se han visto afectados por publicaciones indebidas en Foursquare (“¿Qué hacías ahí a esa hora?”), en Twitter (“¿Por qué opinas esto?” y fotografías en Facebook.

Privacidad, privacidad y privacidad. Ésta es la única fórmula para evitar las nocivas consecuencias que tiene un perfil abierto al público de cara a posibles problemas profesionales. Controla quién ve lo que publicas y se acabó el problema. Marca tu perfil como privado, retíralo incluso de los buscadores. Cualquiera de estas dos medidas es posible.

Pero si lo que buscas es mantener tu identidad digital operativa a la vez que controlas tu privacidad, lo mejor que puedes hacer es regular la privacidad estableciendo grupos de contactos que pueden acceder a tus contenidos en función de tu cercanía y confianza. Subir álbumes y asócialos a contactos concretos es más que recomendable.

Sí, se trata de un proceso más o menos complejo, que requiere algo más de tiempo que una mera subida de una fotografía, pero a la larga compensa. Controlar la privacidad de las fotografías, de las publicaciones, de quién y quién no puede comentar, visionar el muro etc. es la solución más trabajosa pero a la par más efectiva para evitar problemas.

Mantener nuestra identidad digital cuidada y solo al alcance de quienes queremos es fundamental para evitar consecuencias no deseadas. Las redes sociales pueden ser herramientas útiles para que los responsables de Recursos Humanos no contraten a un candidato.

Buscar un nombre en Google es algo cotidiano para muchos directores de recursos humanos, es asegurarse en su trabajo. Adentrarse en demasía en un perfil es otra cuestión bien distinta. Y basta entrar en el conocido buscador para localizar de un vistazo el perfil de un candidato en Facebook, Twitter, Linkedin, Foursquare, etc. Cuida tu casa digital como lo harías con la real.

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