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Una mirada al capital riesgo en Europa
Capital Riesgo. Una de las formas que tienen los emprendedores para obtener inversión y desarrollar sus proyectos e ideas. A pesar de que está muy extendida en Estados Unidos y de que mercados en Europa como el Reino Unido cuentan con bloques de inversión en empresas no cotizadas con cierta solidez, el mercado español del capital riesgo (también conocido como venture capital, en inglés) se puede calificar como casi inexistente. ¿Por qué? Dejando al margen factores económicos, aquí entre en juego la diferente filosofía bastante más conservadora y con una alta aversión al riesgo del inversor en Europa.
Un problema básico a la hora de entender por qué el capital riesgo no está tan extendido en Europa como en Estados Unidos es que no existe un criterio unificado entre países. A pesar de que la Unión Europea busca promover el acuerdo para estandarizar el capital riesgo (existe una propuesta de regulación presentada a finales del 2011), no se han podido establecer criterios que unifiquen esta modalidad de inversión en los diferentes países que componen el organismo político continental.
Pero no se trata solo de un problema de fronteras, también de actitud de los inversores. La clave del capital riesgo está en la inversión inmediata sobre un proyecto que está arrancando, para ayudarlo a despegar y, una vez estabilizado, retirar el capital invertido con los consiguientes beneficios. El tiempo medio que permanece la inversión en la startup depende del sector empresarial, por lo que la retirada del capital puede demorarse entre 3 y 5 años. Aquí entra en juego la paciencia del inversor de riesgo, y en Europa no es mucha. La falta de un historial de éxitos suficiente tampoco motiva a los inversores tradicionales a invertir en startups de Internet (aspecto que está cambiando poco a poco).
La falta de casos de éxito que sirvan de reclamo a los inversores viene también relacionada por las dificultades para salir a bolsa de las startups europeas. Los casos de salidas a bolsa en el Nasdaq con valoraciones multimillonarias son sólo un sueño imposible de alcanzar en Europa.
Otro aspecto a tener muy en cuenta a la hora de analizar el capital riesgo en Europa es el planteamiento de los inversores europeos con respecto a Estados Unidos. Partiendo de la base de que el perfil del emprendedor/inversor es ligeramente diferente entre los dos mercados, se llega a una conclusión como la que se remarca en este artículo del Telegraph: el capital riesgo europeo se centra directamente sobre el proyecto, el norteamericano toma como punto de partida el emprendedor.
Mientras que en Estados Unidos se premia el talento y se aboga por el desarrollo de la persona como emprendedor, en Europa las inversiones se dirigen a los proyectos, restando importancia al individuo. En la tierra de las libertades la mayoría de los inversores de capital riesgo trata de entender al emprendedor y realiza una inversión sobre él a largo plazo no solo para que crezca a través de su proyecto, sino para que evolucione como profesional y avance tanto con ese como con otros proyectos en el futuro. El resultado final es que el emprendedor con un éxito se convierte en un alto número de casos a su vez en inversor o business angel.
Incluso con este entorno poco propicio al venture capital, las startups europeas deben seguir de cerca los diferentes grupos de inversión existentes en el Viejo Continente a través de organismos como European Venture Capital Network. El calendario de eventos de Eureka Network ofrece citas tecnológico-empresariales que, en ocasiones, están destinadas a emprendedores que buscan capital riesgo. También se celebran eventos específicos que analizan la figura de los inversores de capital riesgo en Europa.
Lo cierto es que para comprender el capital riesgo en Europa, el emprendedor debe viajar a Francia, Alemania y Reino Unido, que son los núcleos formales de este tipo de inversión en el continente. En España existe una incipiente semilla del venture capital que casi se ha visto coartada por la crisis y que solo supone el 2 por ciento de la inversión total. Solo en 2011, este tipo de inversiones descendió un 8 por ciento. Natural con la situación económica que vive el país y que, no se nos olvide, también afecta a los inversores, que son expertos en arriesgar.
Pero para seguir de cerca los pasos del capital riesgo en nuestro país existen organismos como la longeva Asociación Española de Entidades de Capital Riesgo (ASCRI), activa desde 1986 y organizadora de eventos, coloquios y congresos sobre este sector de la inversión, con especial hincapié en la especialización, en analizar el capital semilla no de manera global, sino por sectores.
¿Qué necesita el capital riesgo para crecer en Europa? En primer lugar, necesitamos un marco de regulación que permita el flujo del capital entre países, sin tener en cuenta el salto de fronteras, y que dé facilidades a los inversores, que no estén sometidos a regulaciones nacionales que echen atrás inversiones con enfoque global. Lógicamente, también es necesario que el inversor cambie el prisma con el que ve la inversión de riesgo y no pida beneficios a los doce meses de aportar la cantidad. Por desgracia, la situación económica de Europa no invita al optimismo, pero al menos estamos comenzando a reconocer nuestras desventajas.
Por último, os comparto el documento de conclusiones del I Encuentro de inversores y grandes empresas en Internet, espero os resulte el informe de utilidad.
Repunte del e-commerce
La crisis económica está llegando a todos. Prácticamente no existe sector alguno que se haya librado de la falta de liquidez e ingresos, de la inestabilidad empresarial y de las caídas en las ventas. Todos nos hemos visto afectados, en mayor o menor medida y algunos mucho más que otros, por los cambios de las estructuras económicas obsoletas del planeta.
El comercio electrónico, esto es, la venta de productos o servicios a través de Internet, también se ha visto afectado por la crisis. Y notablemente. Es sabido que en España la venta de productos a través de la red no es nuestro pan de cada día, sobre todo en el "español más estandarizado", que acostumbra a la relación comercial-cliente y desconfía de lo virtual.
Sin embargo, el comercio electrónico es un hecho en Estados Unidos, donde parece que la recesión económica comienza a dar cierta tregua a las ventas online. Así, un estudio de ComScore indica que el primer trimestre del 2010 nos ha dejado con un crecimiento del 10 por ciento en lo que a comercio electrónico estadounidense respecta.
Este crecimiento hasta el diez por ciento llega tras meses de descensos y subidas, de inestabilidad comercial en este ámbito tan ligado a Internet. Y es que no se vivía un crecimiento así desde el segundo trimestre del 2008., convirtiéndose este primer trimestre del 2010 en el mejor durante los últimos cuatro años.
Como era previsible, Amazon y eBay, dos grandes del comercio electrónico, son responsables de buena parte de este crecimiento (47 y 13 por ciento de crecimiento, respectivamente). Según ComScore, las grandes corporaciones del e-commerce están guiando esta recuperación de un mercado relativamente nuevo, pero que ha demostrado su solidez.
El resurgimiento del comercio electrónico en EE UU nos deja las puertas abiertas en Europa, cuyo comercio electrónico debería seguir la tendencia y comenzar a recuperarse poco a poco. Cuesta creer que ellos manden, pero en aspectos como estos creo que tienen la voz cantante. Otro síntoma de recuperación es la compra de Buy.com por 198 millones de euros.
Parece que poco a poco algunos campos de la economía van encontrando oxígeno para respirar. Quizás solo un poco, pero es buena señal. No obstante, sigo pensando que hasta dentro de un par de años no podremos hablar tranquilamente de los primeros indicios de la recuperación económica, al menos en España, donde la clase política al completo está dando palos de ciego.
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La nube concede beneficios al sector de los videojuegos
Llega la época de la nube, de las descargas digitales. Lo que algunos ya se atreven a definir osadamente como el declive del formato físico gracias a los sistemas de descarga y reproducción en tiempo real de contenidos a través de la red, también está encontrando un filón de oro dentro de la industria del videojuego. Y es que no solo la películas, la música o los libros electrónicos se iban a vender desde Internet.
Un estudio elaborado por TNS y GamesIndustry desvela que el 16% de los jugadores de videojuegos afincados en Europa descarga juegos a través de Internet. La cifra, que puede parecer pequeña, reporta, sin embargo, importantes beneficios a compañías del sector. Algunas de ellas han llegado hasta a incrementar sus ventas en un 600%, como es el caso de la plataforma de descargas de juegos DLGamer. Todo un negocio de presente y gran futuro.
En cifras concretas dentro de los jugadores de juegos en ordenador, el 50% asume haber comprado títulos online, así como contenidos adicionales para los videojuegos que posee. Los contenidos adicionales, conocidos como DLC, ofrecen extras para juegos comercializados como nuevos niveles, armas, personajes, etc. Precisamente con este sistema de venta las distribuidoras han encontrado una nueva forma de rentabilizar sus productos.
En el caso de las consolas, todas las plataformas comercializadas en la actualidad cuentan con sistemas de descarga de contenidos previo pago. Por ejemplo, en Wii encontramos el Canal Tienda, donde podemos comprar juegos de consolas del pasado (NES, Megadrive, etc.) en formato digital. Xbox 360 (Xbox Live) y Playstation 3 (Playstation Store) también permiten que sus jugadores se conecten a tiendas digitales para descargar juegos y aplicaciones. Las tiendas de aplicaciones online es el gran terreno de batalla en el que las grandes tecnológicas quieren luchar para incrementar sus cuentas de resultados.
En Navidad, el consumo de estos productos descargados crece. Incluso es posible regalar juegos descargables a nuestros seres queridos, pues las plataformas de juegos nos permiten hacerlo con solo conocer el nombre de usuario del jugador a quien queremos hacer el regalo. Y si eres de los que desconfía de las compras por Internet, siempre puedes acudir a tu tienda habitual para comprar códigos canjeables por puntos de compra en las consolas.
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