comunicacion y medios
Redes sociales y medios de comunicación
¿Cuán de importantes son las redes sociales para los planes y la estrategia de los medios de comunicación? La respuesta, según mi punto de vista, no puede ser más previsible: las redes sociales juegan un papel importantísimo en la evolución y la estrategia de los medios de comunicación. No hay nada más que ver ejemplos cómo 20minutos.es integra su página en facebook en su web y elmundo.es integra los botones de enviar a twitter y facebook al igual que hago yo mismo con los artículos de esta bitácora.
Los medios de comunicación y en especial los periodistas hacen cada vez un uso más intensivo de redes sociales como Facebook para concertar entrevistas (a mi me han pedido un par de ellas en redes sociales hace poco). Para el periodista, con una búsqueda rápida en la red social que cuenta con más de 400 millones de personas, algo de suerte y la empatía del futuro entrevistado al leer el mensaje privado con la proposición del periodista son suficientes para conseguir un texto.
Más allá del carácter de agenda masiva que ofrecen redes sociales como Facebook, LinkedIn, Tuenti o Xing, los medios de comunicación de masas que cuentan con ediciones digitales se están nutriendo del tráfico que aportan estas plataformas 2.0. La promoción de contenidos en Facebook reporta un retorno en forma de tráfico que muchos están teniendo en cuenta en cada vez mayor medida.
A pesar de que algunos valoran las redes sociales como motores de crecimiento para los portales de los medios de comunicación, más que nada para no depender tanto cómo hasta ahora de Google News, otros estiman que el tráfico que redirigen no es tan elevado. De hecho, la consultora Malcom Coles agrega que en el caso de los rotativos digitales británicos The Mail, Telegraph y Guardian el tráfico redirigido desde Twitter es del 1 por ciento. En mi caso, más allá de Google, Twitter y Facebook son mis mayores proveedores de nuevas visitas a esta bitácora.
¡Bendito 1 por ciento! Dirán muchos que todavía confían en el potencial de las redes sociales como canales de redirección de tráfico. Pero la utilización de páginas en Facebook no solo se utiliza para promocionar nuestros contenidos, sino también para fortalecer la imagen de marca de una periódico o revista y para crear comunidad entre sus lectores.
Como he dicho en anteriores ocasiones, amasar fans en Facebook no sirve para nada si no se extrae jugo a estos seguidores, ya sea interactuando con ellos directamente desde la red social o convirtiéndolos en consumidores potenciales de nuestros productos o servicios. No basta con estar en Facebook; debemos saber utilizarlo.
¿Merece la pena que los periodistas presten atención a las redes sociales? Opino que sí, aunque considero que la guerra mediática por las audiencias no se debe basar únicamente en el tráfico obtenido a través de terceros (Llámese Google, Yahoo, Bing, Twitter, Facebook o Youtube), sino mediante contenidos diferenciados, de calidad y competitivos en este mercado informativo cada vez más saturado y segmentado.
Cine, descargas y crisis
Hoy cambio un poco el tercio de mis temáticas habituales para tratar un tema que me viene preocupando desde hace algún tiempo como buen amante de las mejores películas. Ir al cine es un hobby precioso y cada vez más caro porque muchas películas no merecen la pena ir a verlas por su poca originalidad dentro de una creciente deriva de creatividad en Hollywood. La piratería a través de los screeners está agotando una industria cultural falta de ideas que siempre ha estado ahí para divertirnos y concedernos espectáculo pero que está siendo desbordada por sus propios errores y por el imparable avance de un mundo que la sobrepasa.
El mensaje de advertencia realizado por el comité de expertos de Estados Unidos (ejerciendo una especie de gendarmería mundial a favor de los derechos de autor) ante los fuertes datos de piratería que se producen en España parece no ser suficiente para conseguir medidas efectivas que mermen el impacto de las descargas ilegales sobre las industrias culturales y Ley de economía sostenible lejos de solventar el problema está provocando una batalla entre webmasters con sus legiones de usuarios encantados de sus servicios y la administración pública.
Somos unos piratas de mucho cuidado, los ciudadanos digitales están muy contentos de serlo, según EE UU, y las cifras más recientes sobre el estado de las salas de cine españolas también lo demuestran. El cine tradicional está cayendo en España poco a poco y dejando de ser una forma de ocio consumida con tanta frecuencia como antaño. El último Censo de Salas de Cine de AIMC determina que existen 747 establecimientos de cine en España, 18 menos que el año pasado. Y si desaparecen los cines, debe incentivar a la industria a tomar más en serio la distribución online controlada de sus contenidos, al mismo tiempo que se estrena en las calles se debe estrenar las películas en Internet. Las necesidades del usuario digital debe ser muy tenidas en cuenta.
También cae el número de salas de cine, que se sitúa en 3.907, 123 menos que durante el ciclo pasado. Como es natural, la cifra que congrega todas las butacas españolas de cine también cae sustancialmente en más de 11.000 asientos menos de un total anual de 898.434 en toda España. Pero la piratería no es la única responsable de este descenso: la recesión económica también ha afectado al consumo del cine, sobre todo si tenemos en cuenta el crecimiento en el precio de las entradas durante estos últimos años. La cuenta que los ciudadanos se hacen es, pago el dinero del ADSL y no voy al cine en x ocasiones al mes, saliendo muy rentable para el consumidor.
Para mejorar esta situación está claro que la industria cinematográfica debe buscar formas para potenciar la asistencia a las salas de cine, y una de estas vías son las películas en 3D (que hasta ahora han ganado en curiosidad para los usuarios pero un aburrimiento por el bajo nivel de los guiones de las primeras películas). Quien desee disfrutar de una película de estreno en tres dimensiones está obligado a pasar por una sala de cine. Aquí no valen las descargas. Aunque el audiovisual tridimensional se está convirtiendo poco a poco en una cuestión hogareña, sobre todo con la venta de televisores ante el mundial, todavía es negocio de las salas. Posiblemente el 3D llegue masivamente a los hogares el 2011 si la crisis lo permite.
Y es que las cifras de salas de cine compatibles con 3D es el único dato que ha crecido, situándose en el 7,6 por ciento de todas las pantallas españolas (286 son compatibles con 3D), demostrando que el espectáculo tridimensional es una excusa para convocar a los espectadores y superar los baches actuales derivados de la piratería y de la crisis económica. Puede que el 3D frene la situación poco alentadora, ¿pero por cuanto tiempo?
Causas 2.0: Las ONG en las redes sociales
Vivimos en una época convulsa y de cambios, en una Tierra regida por un sistema económico que ha demostrado no ser eterno y contar con ciertos problemas de concepción que ocasionan graves desequilibrios. Esto, sumado a los problemas derivados del deterioro del medio ambiente, hace que en ocasiones nos planteemos si verdaderamente compensa seguir por este camino. Un cambio de las bases fundamentales del sistema es algo necesario pero no hay quién se arremangue y ejecute ninguna reforma de calado, como siempre, todo parece seguir igual.
Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) son las estrellas de la protesta, los verdaderos grupos de presión en lo que podríamos denominar nichos de protesta, siempre que la corrupción no les haya calado hasta la médula de sus organizaciones cómo se ha descubierto recientemente con ciertas ONG en Afganistán. Cada ONG se dedica a defender una situación que, a juicio de sus socios, es injusta, y a culpar públicamente a los responsables de la misma. Tradicionalmente, para vociferar esta culpa las ONG recurrían a los medios.
Sin embargo, con la llegada de Internet, en la red han encontrado un aliado más o menos perfecto (o al menos mucho más barato) para expandir su mensaje. Y las redes sociales juegan un importantísimo papel en esta lucha que pasa desapercibida para muchos, a pesar de sus loables objetivos y de los necesarios cambios que plantea.
Antaño, cuando una ONG deseaba aparecer en los medios, contaba con dos opciones: pagar una página de publicidad en un diario, dejándose en ello una importante inversión en publicidad que podría ir destinada a otros fines, o realizando una convocatoria de prensa a la que, por lo que sé, no acudirían numerosos periodistas salvo casos excepcionales.
Con Internet el poder de convocatoria se ha visto ampliado y el coste de la realización de campañas de concienciación social ha mermado considerablemente. Desde Facebook es posible realizar campañas mediante los grupos y las páginas. Y es que desde estos soportes se captan la atención de más usuarios que con las campañas de captación a pie de calle. La razón es obvia: pulsar un botón para unirse a un grupo es gratis.
Puede que las ONG no saquen profundo partido económico a sus acciones de social media en captación de socios, pero sí consiguen la atención de miles de personas con poco esfuerzo, algo imposible antaño. La viralidad de Internet provoca que campañas como la de Greenpeace contra Nestlé se expandan como la pólvora y sean comentadas más allá de los mass media.
Desde la red las ONG pueden transmitir sus mensajes sin limitaciones y a un coste muy reducido, accediendo a un público masivo potencial y a su público tradicional. Lo que comenzó en pequeños sitios de presión abanderados por los portales de estas organizaciones se ha trasladado a las redes sociales. Bienvenidos a las Causas 2.0.